El Nuevo San Mamés, el mejor edificio deportivo del mundo

El jurado del WAF ha premiado al nuevo estadio del Athletic Club que se ha inaugurado recientemente en Bilbao. El proyecto de la firma IDOM ha conseguido imponerse a los demás finalistas del WAF, edificios de alto nivel como el London Aquatics Centre de Zaha Hadid Architects, el Fisht Olympic Stadium en Sochi de Populous o el Hazza Bin Zayed Stadium en Abu Dhabi de Pattern Design.
 
Situado prácticamente en el mismo lugar que el existente, el nuevo estadio “pisa” con su planta el viejo San Mamés, un estadio con más de 100 años de antigüedad, conocido entre los aficionados al fútbol como “la catedral”. 
 

El Nuevo San Mamés se sitúa como final de la trama urbana del ensanche de Bilbao asomándose sobre la Ría. Su volumen se convierte en una pieza arquitectónica que se manifiesta con rotundidad pero a la vez con respeto hacia el resto de edificaciones vecinas.
 
Para la composición de la fachada se ha utilizado la repetición de un módulo de ETFE, un polímero plástico de alta resistencia, que, girado, configura dinamismo y unidad a la envolvente.  Sin embargo, lo más espectacular de la fachada es la iluminación, los paneles se iluminan mediante un sistema de iluminación dinámico LED que permite cambiar el color blanco por cualquier combinación de colores y formas que pueda imaginarse.

Una vez en el interior del estadio, mantener la atmósfera mágica e intensa del viejo San Mamés era otro de los retos del proyecto. Por este motivo se diseñó una configuración de las gradas absolutamente volcada hacia el césped, buscando la máxima presión de los espectadores sobre el juego.

Además el proyecto ha pretendido también dotar de valor a espacios que tradicionalmente no lo tienen como son los espacios entre el perímetro del estadio y la parte trasera del graderío. Son estos espacios intermedios los que el proyecto cuida especialmente.

En cualquier caso, el Nuevo San Mamés que tendrá una capacidad para más de 53.000 espectadores y será la sede en España de la Eurocopa 2020, se ha convertido ya en un hito urbano sobre la Ría que proyectará, sin duda, una nueva imagen de Bilbao.